Hoy es un día triste. Quizá muchas de las personas que lean esto no conozcan a Facundo Cabral.
Facundo Cabral era desde hace mucho tiempo un personaje público, y ante todo era una persona lúcida, sensible, con una conciencia puesta al servicio de la gente humilde. Era una persona a la que escuchar (como tantas). Y hoy es una voz más que se ha apagado en un mundo donde se necesitan voces como la suya.
Cuando perdimos a Mercedes Sosa, a Benedetti, a Labordeta, a Saramago... fueron pérdidas dolorosas porque se tardará muchas generaciones en encontrar gente de esa lucidez, sensibilidad, compromiso y fe con la vida. Pero esas personas lo queramos o no tenían circunstancias que les acercaban a la muerte, dolorosas pérdidas, pero inevitables...
Lo ocurrido con Facundo Cabral entra en otro orden de cosas, como lo ocurrido con tant@s otr@s como Víctor Jara. Y perder una valiosa mente que reivindica lo mejor del ser humano porque "seres humanos" han decidido eliminarla, no nos hace sino perder un poco más la fe en esta especie nuestra.
Facundo Cabral no tendría que haber muerto hoy en Guatemala, y Rigoberta Menchú no tendría que estar llorando su muerte a pie de calle.
Independientemente de que les guste o no la canción protesta, la canción de autor, hoy ha muerto, hoy han matado un trozo más de humanidad que costará reemplazar.
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